sábado, 1 de septiembre de 2012

Tempura

 En Andalucía y Madrid he degustado los mejores rebozados y mira por donde ahora los japoneses nos importan las tempuras y nos rendimos ante los langostinos rebozados bañados en salsa de soja y nos olvidamos de nuestras gambas en gabardina o calamares a la romana, que por cierto en Roma no tienen ni idea de que es eso.

Ahora que todos nos estamos convirtiendo en chef y  nos interesa el valor proteico, la compatibilidad de los alimentos,  las harinas  de distintas cualidades para hacer un pan castellano bien compacto y dorado o baguettes crujientes o panes de espelta, bollería, pastelería, pizzas. No digamos emplatar alimentos, crear sabores, en fín que dentro de poco habremos convertido los fogones caseros en auténticos centros de gastronomía  a los que tendrán que otorgar estrellas "Michelin" o "Toritos Bravos", da lo mismo. Así que hoy voy a hacer témpura porque entré en el frigorífico y éste me ofreció varios productos frescos que prometían alegrar la comida.

Como somos dos y hay muchas parejas de dos pues ahí va las medidas concentradas.

Ingredientes:

150 gms. de harina de arroz.
100 gms. de cerveza casi helada.
  50 gms. de agua a punto de congelación.
    1 huevo
       sal.

Lo primero introducir en el congelador agua y cerveza que no lleguen al punto de congelación.

Segundo escojo, limpio y corto en tiras verduras de pimientos rojos, verdes, amarillos, calabacín, berenjena, cebolla, se cuecen solo las que lo necesiten como coliflor o brécol que una vez escaldado se introduce en hielo para cortar la cocción y que conserve el color, después se escurre y se reserva.

Si queremos añadir proteínas podemos poner: calamares, chopitos, pescado blanco sin espinas y cortados en tiras, o pescado azul enteros como, salmonetes de roca, boquerón o chanquetes y evidentemente marisco, imparable.. También  podríamos preparar queso en tiras o cuadraditos para acompañar.

La sartén ideal es el wok, profunda y estrecha de base. (Afirman los historiadores chinos que surgió hace más de dos mil años. A un genio anónimo se le ocurrió crear un utensilio que permitía cocinar platos muy distintos con muy poco aceite, a la vez que conservaban todo su sabor ayudando a  ahorrar aceite y energía).

Bien, pondo la sartén al calor de la cocina con un vasito de aceite de sésamo o girasol bio para no restar sabor a lo que vamos a cocinar.

En un tazón bato muy poco el huevo, añado la harina de arroz bio, el agua y la cerveza, mezclo con cuidado y cuando el aceite está caliente voy introduciendo las verduras en la masa y las pongo en el aceite, y con unas pinzas o palillos (el/la que sepa usarlos.) doy la vuelta y una vez dorados los pongo en un colador fino para que vaya escurriendo el aceite que no lo quiero para nada.

Lo coloco con arte en una fuente o emplatando individualmente para servirlo en la mesa. Lo que sí cuido es obtener conbinaciones cromaticas atractivas: el verde del brécol con el dorado de la cebolla y el rojo del pimiento morrón.

                                  

 


Antes de llevarme el trozo a la boca suelo mojarlo en una salsa Tentsuyu, hecha a base de caldo, salsa de soja y sake dulce o mirín al que se le agrego ralladura de jengibre o ralladura de rábano daikon.




El origen de la palabra «tempura» es latino, muy probablemente del portugués «tempero» (en español, «condimento»). Los misioneros jesuitas portugueses, particularmente activos en Nagasaki ciudad fundada por los estos en el año 1569 introdujeron la costumbre de tomar pescados y verdura en los tiempos de vigilia llamados en latín tempora ad quadragesimae (tiempos hacia la cuaresma) del año litúrgico católico.


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